REUNIÓN
— ¿Para qué nos reuniste, Mafalda, aquí en la casa de nuestro creador?
—Para despedirlo entre todos, Guille, para el éramos muy importantes. ¿Sabían que era muy tímido y que decía todo a través nuestro?
—Era un hombre libre y sabio, Mafalda.
—Sí, lo sé, Libertad, tal vez por eso te creo a vos. Como no quiso tener hijos, nos abrazaba a través de sus historias, el perdió a sus padres cuando tenía doce años. También tenía amigos famosos como Serrat, por ejemplo. Era admirado y respetado en el mundo. Aunque él no lo creía. Tomaba una copa de vino y decía: “no es para tanto”.
Quizás comenzó a morir, cuando perdió al gran amor de su vida, Alicia, su compañera. Hizo construir esta su casa aquí en Mendoza, desde donde se puede ver la cordillera y las cadenas de nubes que se apoyaban en ella. Lamentablemente al perder la vista ya no las pudo disfrutar.
A veces, en nuestras historias, mencionaba a Dios aunque él era agnóstico. Hablaba del bien y el mal, pensaba en Abel y Caín.
También fue un gran soñador, lo hizo a través tuyo, Miguelito.
—Sí, así es, me gusta soñar, como a Susanita, aunque ella es muy materialista, solo piensa en casarse con un millonario y tener muchos hijos, su única ambición.
—¿Vos qué opinas, Felipe?
—Opino que está todo globalizado y él lo sabía, por eso fui creado. La verdad, la maldad, el bien y el mal, la tecnología, la educación. Se han perdido los valores.
—Recuerdo cuando me regaló a Burocracia, mi tortuga. Al principio no lo entendí, después supe que todo es muy lento, como ella, la justicia principalmente.
Una vez tuve miedo de dejar de existir, por la censura. Pero él no se entregó. Sabía lo que habían sufrido sus ancestros en la Guerra civil española y lo pasmo en una historia, en la cual una empleada doméstica debía ordenar la casa luego de una reunión, en ese ambiente había un cuadro de Picasso, el Guernica y también lo ordenó. Un sabio.
—Manolito, ¿vos qué opinas?
—Yo digo que hay que hacer mucho dinero para valer algo, por eso ayudo a mi papá en el almacén, algún día será mío. Al mundo lo domina el capitalismo. Pero él no sé si lo creía. Fui creado para que ustedes opinen lo contrario, siempre me dicen que mejor es estudiar. Veremos. ¿Y ahora que hacemos, Mafalda?
—Creo que debemos quedarnos un buen rato en silencio, a él le gustaba, y observar ese cuadro que está en la pared, donde aún era joven, pensar en que no debemos olvidar todo lo que nos enseñó y valorarlo. Solo eso, y así seguirá viviendo, para muchos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario