La casa embrujada - Lilian

La casa frente a las vías

A veces las buenas noticias llegan sin buscarlas. Indiana no podía creer la suerte de ver que esa casa que había sido parte de las fantasías de su infancia tuviese el cartel de venta. Toda su niñez y adolescencia había jugado con la idea de los fantasmas de la “casa frente a las vías”. Sobresalía por arriba del terraplén, con un murallón importante que la hacía inexpugnable. Había hecho unas cuantas maldades a sus amigos y en gran parte su seudónimo (Indiana Jones) se lo debía a su afición por entrar y buscar “algo” en ese lugar.

En el barrio se hablaba de una historia trágica con la hija de la familia y un tío loco que vivía en una especie de torrecita que estaba fuera del edificio principal.

Ahora tenía que buscar la forma de convencer a los de la inmobiliaria que estaba representando a alguien interesado en esa venta. Fue difícil pero al final logró la cita y pudo pasar el umbral. Realmente a cada paso que daba se quedaba mirando y se fijaba en los detalles de la construcción pero sobre todo en las puertas y ventanas con algunos vidrios rotos. La mugre, las telas de arañas y hasta algunos nidos que había en las habitaciones vacías después de tantísimos años, le daban en su imaginación un aspecto siniestro.

Cuando ya el empleado había preguntado si le quedaba alguna duda y daba por terminada la visita, Indiana quiso ir a la torrecita. 

—Lamentablemente, esa parte está cerrada. Los antiguos dueños, después de dejar la casa, tuvieron intrusos y cerraron las aberturas de esa parte con una tira de ladrillos. Hoy para entrar habría que venir con una maza.

Volvió a convertirse en el adolescente intrépido que había sido. Se juró entrar a la torre, además había observado que no había vecinos cercanos, nadie iba a saber de su investigación. Para darse un poco de importancia le comentó a su amigo Luis sus planes, pero le dijo que prefería ir solo, después de medianoche, para que nadie notara su presencia. Llevó pico, maza, y por supuesto el celular y una cámara Go Pro para registrar cada paso. 

Qué ocurrió con Indiana pasó a ser otro de los misterios de “la casa frente a las vías”. Solo se encontró la cámara y en ella una imagen grabada muy extraña de un hombre sin rostro corriendo a alguien que gritaba mientras éste se reía enloquecidamente. También en el suelo algunas ropas, que Luis identificó como las de su amigo Indiana.

A pesar de que ya pasaron algunos años la casa sigue sin venderse y aseguran algunos que se atreven a acercarse que a veces se escucha a alguien pidiendo auxilio.


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