Descripción - Claudia

La piel casi transparente permitía ver las franjas anchas y moradas bajo los ojos negros. Mechones de cabello que iban en varias direcciones, recordaban a Medusa. Y tenía un andar oscilante, pesado, como si arrastrara algún yunque invisible. Olía a hojarasca calcinada, a brasa ardiente, a terremoto. Solía arrastrar su mano sobre la pared del frente y, como si fueran patas de tarántula, metía sus dedos por la ventana para luego dejar oír la vibración de sus cuerdas vocales como un sismo.

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