Descripción - Stella

La amaba, no había dudas: por dentro sentía que cada fibra de su cuerpo no vibraba... Pero no se atrevía ni a mirarla a la distancia.
Su timidez y su miedo a ser rechazado lo atenazaban. Tenía que superarlo pero no sabía cómo. 
Comenzó por sonreírle al pasar frente a su casa. Creyó que ella ni lo miraba y sintió que el mundo se desplomaba. No quiso darse por vencido y al verla la saludó. Ella no contestó pero no se dio por vencido y al otro día le hizo una pregunta sobre... Ya ni se acuerda. Ella muy displicente le contestó secamente. No se dio por vencido y, temblando, otro día se atrevió a invitarla a caminar. ¡Oh, sorpresa! ACEPTÓ.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Reflexión final - Fabiana

Este año viví, y creo que no fui la única, todos los estados de ánimo. Tuve días de alegría, de esperanza, de paz, pero fueron muchos los qu...