Vivimos hacinados porque así lo dispusieron. Solo con la muerte de algún hermano nos es posible ampliar nuestro espacio, pero la tristeza nos impide separarnos. Llevamos el color de la luna en nuestras ropas y la naturaleza nos recorre por dentro. Enrojecemos con un beso y es a través de él que matamos y morimos.
[Los cigarrillos]
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