Nahiara es la tercera entre ocho hermanos en la ciudad de Kabul (Afganistán). Recién tiene ocho años que para el desarrollo de esa cultura, ya parece grande. Tiene que adaptarse a situaciones muy duras al límite de lo que parecería que un humano pudiese soportar. Pero ella es especial, le inquieta mirar las situaciones corriendo levemente las amplias cortinas que separan los ambientes, que en realidad son como tiendas improvisadas de amontonamiento y pobreza. Desde allí se esfuerza para pasar desapercibida y disfrutar en observar cómo se mueven, qué dicen, cómo se relacionan esas personas que visitan a sus padres.
Ella, a su corta edad, se ha ingeniado en unir palabras y lograr escribir y cuando puede concurre a una escuela donde el vecino Abdul es maestro. Para sus padres son prioritarias otras cosas: hacer panes para vender y subsistir.
Muchos golpes recibe: por no atender a sus hermanos, por tardar en traer el agua, de un estanque cercano, por escribir. Sus pies descalzos, callosos, se apartan para descansar debajo de un árbol, que crece en esa inmensidad desértica y seca. Ella escribe esta propia historia, estas situaciones que observa. En ocasiones se suma su hermano mellizo y, recostados uniendo sus cabezas, conversan, sueñan, crean sus propias historias, recurso que al parecer los aísla de las calamidades vividas. A medida que crecen , crecen sus confidencias.
Pero se aproxima algo que sabe e intenta negar. No quiere, reniega de ello. ¿Por qué tiene que casarse? ¿Por qué ahora? En su interior hay otra historia. No sabe cómo revelarse y cambiar ese destino. Mientras tanto escribe, situaciones y vivencias que son realmente de ciencia ficción, pero para ella son reales.
Un día de esos llegan esas visitas que la desconciertan, porque vienen en coche, situación que no es usual ver allí. Desciende una figura esbelta, elegante con su estricto burka, de un color melocotón que impacta a la mirada de los que la ven y muchas cabezas de vecinos asomada desde sus casas observando insistentemente. Ella cree que saben, que algo saben, lo puede percibir en la complicidad de sus miradas.
Aparecen casi juntos con ese señor de importante turbante iluminado en su frente con una gran piedra que resplandece como un sol. Su vestimenta es blanca, muy blanca. Desacostumbrada a ver algo tan prolijo: sus ropas son casi ataduras improvisadas de lienzo gastado y sucio.
Allí están. El padre los recibe entre amistoso y melancólico. Su madre se ha esforzado en preparar té para luego ocultarse más y más en un rincón, como para no ser vista. Todos los hermanos paraditos juntos son observados como quien mira un cuadro, excepto el mayor que no está, fue a vender los panes.
Parece que todo queda allí, desea que pase, que esto no ocurra. De pronto, se levantan. Su padre la toma decidido de su mano y a pesar de su resistencia es introducida en ese coche que la intimida, la asusta. Y por primera vez grita, se aferra a la puerta, se resiste pero el auto comienza el movimiento.
En la lejanía de esa otra cuidad, limpia, asiste, atiende todas las necesidades de la casa, pasa días casi sin dormir, escribe y en algún punto en su interior está gozosa. ¡¡¡No se casó!!! No importa, no importa lo demás. En su reducido espacio, dibuja un árbol, el mismo en que se sentaba en su ciudad natal, y escribe.
Y fue ese señor, el de la casa, el de turbante blanco, que tomó todas sus escrituras y las publicó. Esto fue un verdadero bum y, con ello, la fortuna. Ya es una jovencita de doce para trece años. Todo sucedió inesperadamente, como impactan los grandes sucesos en las vidas. Ella será la cuarta esposa de ese hombre, que se apropia de su fortuna, de sus deseos de su vida toda. Siente cómo se rompen sus hojas escritas, se adapta y se despliega, para vivir en la inmensidad de su cueva interior, nadie se enterara. Cuánto desearía contarle a su hermano sus vivencias, pero queda atrapada en su cueva.
Ojala pueda salir, revelarse, romper, ser oída, correr riesgos, porque de todas maneras prefiere ese riesgo al vivir en oscuridad y sombras.
¿Esto será cierto o sólo se tratara de sus escrituras de ciencia ficción?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario