Emi
Entre las muchas fotos que tienen un gran significado para mí, que atesoran momentos con personas, lugares o situaciones que me han traído hasta estos días, elijo esta foto de Emi.
La sacamos en junio, el día que nos reencontramos después de tres meses de videos y pasadas rápidas detrás de la ventanilla del auto. ¡Cuánta emoción! ¡Cuánta alegría de las dos! Me está mirando a mi, con esa complicidad que siempre soñé tener con mi nieta y que se nos niega cuando no podemos vernos y ni tocarnos.
Después de algunos encuentros, volvimos a no vernos porque los padres tienen que cumplir obligaciones profesionales y han tenido que recurrir a la ayuda de alguien para que juegue con ella (el maternal no existe más) y eso implica un riesgo para los abuelos, o sea para mí.
Nunca se me ha dado mucho la matemática, pero creo que cinco meses en los 20 de Emilia son un porcentaje muy alto, que no debe entender mucho cuando nos ve a través de la ventana con barbijo y que no le hago “upa”, que no la beso. Y a mí, de a poco, se me va haciendo un nudo grande en el estómago que trato de compensar mirando su sonrisa en esta foto, escribiéndole y dibujando un cuento más, un juguete con cartón y pensando que todo va a estar bien.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario