Principio y final - Ma. Teresa

Tiempo en espera


Hubo un tiempo, a destiempo de todo lo lógico y racional. Y yo estaba allí. No sé desde cuándo ni cómo, tan solo allí estaba. Mis ojos asombrados, parpadeaban, goteaban sangre. Mis manos huesudas habían olvidado su función.

Todo era ilógico, surrealista, inquietante. Solo una flor, en medio de la nada, emergía de la ceniza amontonada contra el cordón de la vereda. Color purpura, con espinas, debía defenderse. La dibujé en una vacía pared, con un trozo de mi hueso calcinado, y me acurruque a su lado. Creo haberme dormido tratando de recordar, pero el recuerdo se hallaba escondido muy dentro de mí y no se animaba. Me dormí, mucho, mucho tiempo. 

Desperté con frío, una lluvia ácida caía incesantemente. Era el mismo, nada había cambiado, o sí, no lo sé. Comencé a caminar, alguien me siguió. Y otro, y muchos más, miles, todos vagabundos del tiempo. Tal vez, logremos convencernos de que nunca estuvimos aquí.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Reflexión final - Fabiana

Este año viví, y creo que no fui la única, todos los estados de ánimo. Tuve días de alegría, de esperanza, de paz, pero fueron muchos los qu...