Retrato familiar.
La mayor parte del conjunto de personajes se encuentra en el primer plano de la pintura, casi en línea. De izquierda a derecha dos niñas, la mayor de ellas tiene el cabello castaño y rizado. Está de rodillas dirigiéndose a la más pequeña, que es rubia, posiblemente de alrededor de seis años y es la que luce mejor ataviada en toda esa escena.
Sigue luego otra jovencita con cabello oscuro, situada apenas un paso por detrás de la línea imaginaria de esta composición. Se encuentra de pie, el torso levemente rotado hacia la izquierda y apenas inclinado hacia la nena rubia. Siguiendo hacia la derecha de la escena vemos, primero, una chica de baja estatura, de una edad no definible —por sus facciones creería que se trata de una enana— y a su lado, y ya sobre el borde del cuadro, hay una criatura pequeña, bastante menor que la otra, la rubia. Tiene el pelo largo, por debajo de los hombros de color castaño claro. Por su ropa es un varón. Parece ser el único que se divierte allí: está jugando con el último de los “modelos“: un mastín marrón que se muestra paciente y resignado con la situación, echado en el suelo en una especie de duermevela. Así y todo, aún con los ojos entrecerrados, hasta el perro posa con su hocico hacia el centro de la escena. Como dije antes, todos estos personajes dirigen la mirada o rotan aunque sea levemente su cuerpo hacia la niña rubia.
Esta figura es central por importancia y también el pintor le dio centralidad geométrica a pesar de ser la segunda figura desde la izquierda. ¿Cómo? Casi una quinta parte del margen izquierdo de la obra representa el lienzo sobre el que está trabajando el pintor. El bastidor está apoyado contra un caballete y llega casi al techo de la habitación. Esto deja a la vista solamente una línea de fuga, la que se ve en el lado derecho y que basta para representar la profundidad de la estancia y situar los restantes planos de escena.
Inmediatamente detrás del grupo se encuentra el artista, en un plano con menos iluminación que el de las chicas. Además está vestido de oscuro, en el frente de su vestimenta tiene un emblema rojo semejante a una Flor de Lis. El cabello castaño es largo y ondeado. Su mirada se dirige al observador. Si bien tiene en sus manos las herramientas de su oficio, como si hubiera sido sorprendido entre una pincelada y la siguiente, no se encuentra directamente frente al lienzo sino unos pasos más atrás. El bastidor que mencioné antes está en el primerísimo plano, por delante de las niñas. Entonces, posiblemente él haya dado unos pasos atrás para observar la escena. Y quizás lo que contempla y pinta sea la imagen reflejada en un espejo, en el que también se está contemplando la niña.
Apenas un poco más atrás, ahora contra la pared de la derecha, hay dos personas de pie. La mujer lleva un tocado que le cubre la cabeza y su vestido es claro. El hombre mira la escena con las manos entrelazadas sobre su abdomen. Sus ropas son oscuras como lo es la penumbra en este espacio del ambiente.
El siguiente —ante último plano— es el fondo de la habitación. La pared está poblada de cuadros colgados, la iluminación es escasa a excepción de uno de los cuadros, el que está junto a la puerta, que refleja claramente una pareja: la dama con vestido verde claro y abundante cabellera rubia rizada y el señor con ropas azules.
Por último la puerta abierta que se ve en la pared del fondo deja entrar luz desde otro espacio en el que se ve una escalera por la que está subiendo un hombre con cabello corto, pequeña barba y bigotes que se gira hacia atrás para contemplar la escena y al observador. Lleva una capa negra.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario