Marumito - Osvaldo

No recuerdo haberlo contado antes y... ¡pasaron tantos años! ¿Sabés cuantos? 70. Y ahora llegó a mi mente tan fresco y nítido como aquel día de reyes en que me llegó un Marumito muy deseado por mi. Te cuento que en esa época ya lejana se iba mucho al cine. Recuerdo que fuimos al cine de Castelar pero antes pasamos a comprar unas golosinas y, justo al lado, había una gran juguetería justo frente a la barrera de la estación de Castelar. Hoy hay una linda confitería. Me quedé muy quieto con la vista fija en ese Marumito, para la época algo muy especial, demasiado lindo. Recuerdo que mi mamá lo miró a mi papá y ninguno dijo una palabra, solo nos miramos. Pasaron los días y llegó la mañana del 6 de enero, Reyes, y no yo no lo podía creer, no podía ser... Estaba ahí y era mío el Marumito. Recuerdo que por las noches salía con mamá a la vereda y yo iba de esquina a esquina con mi Marumito color azul y con una luz que salía del techo. No puedo describir lo que yo sentía, hoy todavía lo tengo y, al mirarlo, recuerdo esas miradas cómplices frente a la juguetería y una lágrima recorre mis mejillas. Gracias, mamá, por entender que ese coche con luz en ese momento era todo para mí. ¿Y querés que te comente algo? Mirándolo y recordando hoy también es un todo para mí porque veo el rostro de mi madre y eso es uno de mis todos, a mis 75 años. Gracias, mamá.

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