Personajes y personas - Ma. Teresa

Inmensa casona, aljibe y unos hombres, cuya tarea es la de azulejar las paredes del zaguán.
Desde el brocal, la muerte atisba la entrada. En el patio, la vieja tortuga que aguarda en el fondo del aljibe a los hombres encargados de higiene del pozo. Oportunidad esta, en que habrá de gozar de un rato de libertad. En las habitaciones del caserón, varias damas se pasean inquietas. Los trabajadores terminan el trabajo de azulejado, más con algún defecto. Voces y pasos anuncian la llegada de un alegre y solitario jovencito, que inmediatamente, recorre uno a uno los rincones de la casona. Las damas, se encuentran listas y dispuestas a encargarse de satisfacer cada una de las necesidades, del joven.
Se presiente el nerviosismo y la inquietud de la parca. Sabe que se aproxima la hora de su labor, se pasea haciendo equilibrio en el borde del aljibe. Mientras, el joven se entretiene a diario sentado en un rincón, hablando quien sabe con quién, apoyado en las paredes recién azulejadas. Pero, de a poco su salud parece deteriorarse y las damas se inquietan. Las visitas de los médicos son casi a diario. Advierten que hay pocas esperanzas. En tanto, la huesuda tiene su mirada fija en el reloj, cuenta horas, minutos, segundos. Pero casi sin notarlo desde el piso, un pequeño hombrecito le habla, le cuenta que ha llegado desde Francia, para distraerla. Y lo logra. Tanto así, que el tiempo del final, para el enfermito, ha concluido, se ha salvado. Furiosa la muerte, de no haber conseguido cumplir su tarea a tiempo, toma bruscamente al hombrecito y lo arroja al fondo del aljibe. Los gatos maúllan de alegría al verla partir. En las habitaciones, se mezclan las emociones y el desconcierto de los médicos, ante la mejoría imprevista del jovencito. Ha llegado el día de la limpieza del pozo. Los hombres bajan al fondo y sacan a la tortuga y a un misterioso azulejo roto. Hace días que el niño ha regresado a su actividad diaria. Y a su lugar favorito, al rincón del zaguán.

[El hombrecito del azulejo]

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Reflexión final - Fabiana

Este año viví, y creo que no fui la única, todos los estados de ánimo. Tuve días de alegría, de esperanza, de paz, pero fueron muchos los qu...