Relato libre - Emiliano

No sé en cuántos lugares he vivido, pero son los suficientes como para ni siquiera recordarlos. Mi sexto grado lo cursé en Cipolletti donde completé mis estudios primarios. Un día cualquiera, próximo a la finalización del año, mi madre me comunicó que venía de la escuela a donde había sido citada por la Directora. Le había dicho que habiendo sido yo el alumno más destacado me había hecho merecedor de una medalla en reconocimiento a mi actuación escolar y que la misma se me iba a entregar en el acto de fin de curso. Mi mamá le pidió que se la entregara en ese mismo momento ya que a mí padre le había salido el traslado y no podíamos permanecer hasta ese día. La Directora se negó y partimos hacia un nuevo destino. 
Tuvieron que pasar cincuenta años para que viaje a Cipolletti a buscar la medalla que había ganado en buena ley. Localicé la escuela (cosa que no me fué fácil) y me alojé en un hotel. Una vez en la Secretaría y a pesar de los años transcurridos el registro estaba intacto y daba fe de que efectivamente todo había sido tal y como yo lo recordaba. La sorpresa fue cuando me dijeron que la maestra que firmaba al pie gozaba de buena salud. Esa noche cené en su casa y al día siguiente asistimos al acto de fin de curso en el que recibí de sus manos aquella medalla. En el momento del ingreso de los nuevos egresados no pude aguantar el llanto porque me vi formando parte de ellos. Esa noche por fin pude dormir en paz.

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