Sputnik - Norma

Hoy es un día muy especial.
Sumire decide cambiar su vida. Los hábitos y costumbres en sus comidas y, también, buscar ver la vida desde otra Óptica. Su intención es vivir más en su interior, en su conciencia.
Han pasado muchas cosas en estos últimos tiempos: la pérdida de sus padres, recuerdos imborrables que aún perduraban en su memoria, por el amor que siempre le dieron desde su más tierna infancia hasta su adultez. Con la comprensión y comunicación que mantenía con ellos habitualmente.
Luego de estos hechos lamentables, se le vino encima la última materia que debía preparar en la facultad para  terminar la Licenciatura en Psicología. Tan preocupada estaba que había dejado de lado amistades profundas y de larga data, que asiduamente la invitaban a reuniones a las que no asistía por su dedicación al estudio.
Finalmente, había aparecido ese sentimiento inexplicable y súbito que había nacido en su corazón por una mujer, Magda, que ocupaba gran parte de su vida y que había acabado con sus fuerzas, ante la agonía y muerte del amor de su vida. Ante semejante situación, sus fuerzas flaquearon y decidió tener un tiempo sabático para repensar en sus decisiones futuras. Ya había terminado con  la facultad y ya más serena logró determinar tomarse un tiempo para controlar su vida desde un ángulo más espiritual. Necesitaba descubrir qué camino la podía conducir a la felicidad.
Compró un pasaje para viajar por la India y Nepal y conocer cada ciudad oriental que pudiera darle a conocer la sabiduría que estaba buscando para aplacar las dudas que cada día le surcaban la mente.
Munida de un bolso muy cómodo y una pequeña valija, partió muy decidida a encontrar las respuestas que estaba buscando en una aventura bastante desconocida. Había reservado lugares de meditación, retiros y experiencias de toda índole para abrirse a ese nuevo conocimiento totalmente desconocido para ella hasta ese momento.
Llegó y fue alojada en una especie de convento antiguo, muy fresco, con sus techos altos y grandes ventanas a través de las cuales se apreciaba una gran vegetación, altos árboles muy verdes y  múltiples animalitos propios de la zona que jugueteaban en las ramas de esos poderosos protectores  de la naturaleza.
Pasaron pocos días y logró comunicarse muy bien con algunas personas del lugar, compañeros que hacía tiempo estaban viviendo en el lugar. La gente muy afable, servicial y comprensiva, le daban una paz y alegría y la compensaban con  energía  positiva y ganas de proyectar a futuro.
Hacían interesantes debates luego de charlas profundas. Leía mucho para poder entender el significado de todas esas nuevas palabras que ingresaban a su nueva carrera del conocimiento  espiritual. 
Así mismo, la vestimenta, cómoda, fresca y amplia la hacían sentir más libre y no tan pegada a la  uniformidad de la moda actual. Estaba en otro país, lejos de la uniformidad de la moda occidental.
Solían almorzar, en lugares pintorescos, comidas de variado sabor con condimentos tan sabrosos y diversos, que comenzó a sentirse feliz de haber optado por hacer ese viaje tan soñado. Solían probar los diferentes postres que les ofrecían a cada paso.
Pasaron los meses. Recorrió ciudades en trenes llenos de gente. Hizo amigos y con ellos pudo vivir experiencias maravillosas en lugares donde la naturaleza supera cualquier idea, dibujo o sueño muy soñado. Valoró lo mucho o lo poco que se puede hacer, comprar o vivir con mucho o poco que se pueda tener para comprar o canjear. Observó lo poco que tienen muchos y cómo lo comparten, y lo mucho que tienen pocos y cómo ostentan. Y así nació otra Sumire: serena, sabia y amante de la vida natural, simple y sencilla, conocedora de la mente humana y de su propio valor  ante la vida. En busca de la felicidad, del amor y de la familia.
¿Habrá encontrado su verdadero camino?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Reflexión final - Fabiana

Este año viví, y creo que no fui la única, todos los estados de ánimo. Tuve días de alegría, de esperanza, de paz, pero fueron muchos los qu...