El ticket sobre la mesa llamó su atención. No recordaba dónde se lo habían dado, tampoco cuándo. Después lo tiraría a la basura, junto con los restos de la cena.
Por la mañana, mientras preparaba el desayuno, lo encontró en el suelo. Estaba segura de haberlo tirado. Lo levantó y vio que no tenía membrete, solo la inscripción "vale x otra". Terminó de alistarse para el trabajo, agarró las llaves del auto y guardó el ticket en su bolsillo.
No pudo esquivar el auto que venía de contramano, demasiado rápido.
Cuando llegaron al hospital no tenía signos vitales. La reanimación comenzó allí mismo, en la ambulancia.
Una semana más tarde, el paramédico que la salvó le entregaba el ticket en blanco, sin ninguna inscripción
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