¿Qué puede decirse del matrimonio que no haya sido dicho?
El matrimonio es una lotería.
El secreto es la tolerancia.
Que no griten los dos al mismo tiempo.
Algunos humoristas dicen que algunos matrimonios terminan bien y hay otros que duran toda la vida.
Los hay quienes se preguntan porqué algunos matrimonios duran tan poco y no por qué otros duran tanto.
También los hay quienes aseguran que un matrimonio dura si el liderazgo lo ejerce la mujer y el hombre no se lo disputa.
Yo soy uno de los que optó por esta solución y me fue bien. Cuando mi esposa falleció, me costó mucho decidir qué hacer de mi vida, ya que complacerla en todo hasta me había resultado cómodo: ni siquiera tenía que pensar. No obstante, había en ella algo que me pesaba y era su obsesión por la contabilidad hogareña. Guardaba en una carpeta ordenadora los tickets de cuanta compra realizaba por insignificante que fuera y, no conforme con ello, lo pasaba a un cuaderno contable.
Cuando nos dejó, asumí la responsabilidad de hacer todo lo que ella me pedía tal y como si viviera. Pero, como bien dicen que nadie puede sentirse obligado a hacer lo imposible, a los pocos días tomé la carpeta repleta de tickets y el cuaderno para arrumbarlos en la baulera. Ahora me sentía liberado y cada vez que iba de compras me cuidaba de deshacerme de los tickets de modo que después de la partida de mi esposa no había ninguno en casa. Una noche, mientras trataba de concentrarme en una película que proyectaban por televisión, me pareció ver un papel sobre la mesita. Era un ticket, que no solo tenía la impresión del negocio en el que se había efectuado la compra, sino la fecha y la hora de la operación. Todo coincidía con el fallecimiento de Nelly. Corrí hacia la baulera, rescaté la carpeta y el cuaderno y me hice cargo de la contabilidad. Todo por complacerla.
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