Frase prestada - Claudia

Siempre pensé mucho. Era para mí, un ejercicio vital, al igual que correr para los runners. Mi mente se llenaba de preguntas, dudas, ideas de todo tipo y, de tanto hacerlo, terminaba con dolor de cabeza. Con los años, me di cuenta de que sólo soy del tamaño de un grano de arena y el océano a mi alrededor me devora de a bocados. Luché mucho tiempo con fuerza y, con dolor, supe que perdería. No sabía cómo escapar,  decidí rendirme. Más tarde llegó la añoranza, entonces cerré los ojos y atravesé la pared.

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