Un día en el inframundo - Claudia

 Parte 1: La tierra de los muertos (ella)

Cuando llegué a este lugar, estaba aturdida. Un murmullo levitaba por doquier y las sombras se divertían, como niños, a mi alrededor. El sitio carecía de clima, ni frío, ni calor. Tampoco estaba templado, nada. Pude divisar, a lo lejos, una enorme pared. Sin embargo, al acercarme, descubrí que en realidad era una muralla que se extendía mas allá de mi vista. Caminé hacia ella y noté palabras y números allí escritos. Los leí durante varios metros y me di cuenta de que eran los nombres y las fechas de la gente muerta desde el inicio de la historia. Continúe con mi tarea durante kilómetros, ignorando el cansancio. Debía encontrar su nombre. 

De pronto, el murmullo se volvió carcajada y las sombras se burlaban de mí. 


Parte 2: Morón, Bs As (él)

—Pablo, fíjate el asado. Ya debe estar. 

—Acá esta el chimi y el vino. 

—Che, qué bien la hicimos. Resultaste ser todo un estratega, ja ja ja. 

—Gracias a ustedes que me ayudaron. 

—Escuché que la chica fue a buscarte... al otro lado. Pobre piba, me da un poco de lástima. 

—Sí, a mi también. De verdad la amaba pero estaba emperrada en casarse y no podía hacerle entender que eso no era para mí. 

—¿Cuándo te vas?

—Mañana temprano. Mi vieja tiene un poco de miedo del avión, pero le explique que en Alemania con sus parientes vamos a estar mejor. 

—Qué loco esto de irte para que nadie se entere de la verdad. 

—Las cosas hay que hacerlas hasta el final o no hacerlas. 

—Ja ja ja ja.

—Ja ja ja.

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